"Bloomsday".
Es más que común que el título del presente artículo se relacione con la expresión “Doomsday” pero no es así, no nos referimos al ya tan “choteado” tema del día del Juicio Final. Nos referimos más bien a un singular personaje de una muy connotada obra, es decir, Leopold Bloom y “Ulises”.
Cada 16 de junio, miles de personas alrededor del mundo festejan lo que se conoce como el “Bloomsday”. Debido a que fue un 16 de junio el día en que se desenvuelve la historia de “Ulises”. El autor de tan significativa obra es James Joyce, un poeta, periodista y sobre todo escritor, que como un dato muy singular, la obra sirve inclusive el día de hoy como una guía de la capital de la nación irlandesa Dublín, siendo que Joyce la escribió en el exilio, pues vivió la mayor parte de su vida fuera de Irlanda. Habitando París, Zurich y Trieste.
“Ulises”, es una de las obras más reconocidas de la historia pues en dieciocho horas en las que se desarrolla la historia abarca una infinitud de temas: novela, drama, ensayo, cuento, sermón, reportaje, catecismo pero sobre todo parodia. Escrita en 1922, a Joyce le gustaba oscilar entre la descripción de la sociedad y la del alma y en ese afán vemos un sinnúmero de lugares, desde los tradicionales “pubs” y burdeles hasta clínicas, cementerios e iglesias.
Joyce logró atrapar todas las materias, inclusive las fisiológicas de Leopold Bloom durante el capítulo cinco, Bloom, el protagonista es un pintoresco judío, originario de Hungría que cruza sus destinos a lo largo del día con Stephan Dedalus, un joven intelectual, poeta y profesor (el alter ego de Joyce, por supuesto). Podemos decir que Joyce se basó en dos grandes: por un lado Shakespeare y, del otro lado, la Odisea de Homero. Del primero toma, esa amplitud de materias, del segundo lo evoca al ser una “odisea moderna” (ni tan moderna, ya para nosotros, en once años la obra cumplirá su primer centenario).
Miles de personas se congregan cada 16 de junio en las calles del centro de Dublín para recrear y leer, en sus distintas ediciones la obra de Joyce. Ahora, también hay que destacar otras obras del autor dublinés, como lo es Retrato del artista adolescente, donde también encontramos al singular Stephan Dedalus o Finnegans Wake. Sin lugar a dudas, la obra de Joyce es digna de admiración, pues reformó toda la literatura y ha sido una marca indeleble para Irlanda, que no sólo se distingue por sus tréboles, duendes, sus rencillas con los ingleses, sus dilemas económicos y sobre todo porque nos demuestra que en Irlanda hay algo más que vestirse de verde el día de San Patricio.
Imágenes obtenidas de:
www.wikipedia.org
Artículo publicado también en "El Reformador":
http://elreformador.com.mx/?p=550
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